Aunque para los antiguos griegos los antípodas eran los habitantes del otro lado de la Tierra, durante la oscuridad de la Edad Media la Tierra se hizo plana, por lo que los antípodas hubieron de convertirse en monstruos:
Naturalmente, mi idea acerca de los australianos siempre ha estado muy lejos de la que dominaba en la Edad Media, pero nunca gocé de un conocimiento excesivamente cercano acerca de los habitantes de esta gran isla continente.
Hasta que hace algo más de un año, Jeremy Prince, investigador de la Universidad de Murdoch, en Australia Occidental, me invitó a conocer la realidad de la gestión pesquera en los estados de Australia Occidental y Victoria, y por extensión, de un montón de Aussies (australianos, en argot). De todo ello he dado buena cuenta en anteriores entradas de este blog.
Pues bien, hace unos meses esta boya fabricada en A Coruña apareció arrojada en una playa de Albany, en Australia Occidental. Su itinerario, un remedo de mi propio viaje.
Se trata de una boya fabricada por una empresa de efectos navales coruñesa para ser utilizada en aparejos de arrastre de profundidad. Sus fabricantes sospechan que la boya fue comprada por un arrastrero sudafricano, y después de desprenderse del aparejo, continuó su singladura hasta su destino final en las costas australianas.
Otra posibilidad es que realizase el viaje completo desde las rías gallegas hasta las blancas arenas australianas. En todo caso, la peripecia de la boya me ha servido para revivir mis experiencias al otro lado del mundo y para hacerme recapacitar acerca de la similitud entre las relaciones humanas y las oceánicas.