Hace ya mucho que no escribía en este blog, pero tenía buenas razones para mi silencio:
Hace aproximadamente siete años volví de una estancia en Brasil con la idea de realizar una tesis doctoral. Por aquel entonces yo formaba parte de la directiva de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas (FEGAS) como responsable de su Departamento de Biología. Por ello sabía que en Galicia los conocimientos sobre las pesquerías recreativas en general y submarinas en particular eran muy escasos. Además tenía acceso al archivo de campeonatos de pesca submarina que la FEGAS había acumulado durante los últimos 50 años; y aquel archivo ofrecía una oportunidad única para estudiar los cambios a largo plazo operados en los ecosistemas costeros gallegos.
Mis conocimientos acerca de la dinámica del doctorado eran escasos y poco realistas, así que me fui al Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la Universidade da Coruña para hablar con algunos de mis antiguos profesores. Para ser sincero, recordaba muy vagamente a Juan Freire, pero en cuanto le conté mi idea, se entusiasmó. Le pareció una oportunidad fantástica, y a pesar de que estaba ocupado dirigiendo varias tesis y que en aquel momento no había espacio para mi en el laboratorio, me animó a continuar con el proyecto. Se ofreció a guiarme durante los dos primeros años del Diploma de Estudios Avanzados, y si todo iba bien, durante los tres siguientes de doctorado.
No es un tema especialmente difícil -me dijo- en un par de años, o tres como mucho puedes leer la tesis. Sí, en eso me engañó, pero a cambio me enseñó a empezar a pensar como un científico y nunca dejó de creer que terminaríamos esta tesis (aunque a veces dijera lo contrario, por fastidiar). Durante estos años mi verbo florido sufrió cruelmente con sus inmisericordes tijeras, pero pocas veces hemos tenido que variar la redacción de nuestros artículos (hemos tenido que revisar el inglés, pero eso es porque somos españoles).
Además, Juan hizo algo poco corriente en la relación usual entre doctorandos y directores. Siempre ha valorado mis opiniones, me ha animado a ser creativo, y sobre todo se ha preocupado por obtener fuentes de financiación no sólo para investigar, sino para que yo pudiese disfrutar de un sueldo y consiguientemente de una vida privada ajena a la Universidad. Y cuando las fuentes públicas de financiación fallaron, recurrimos a las privadas y cuando estas también lo hicieron creamos una empresa.
Por todo ello estoy sinceramente agradecido a Juan, mi director de tesis.
He dedicado mi tesis a mi familia y otros animales no sólo como homenaje a los buenos ratos que la lectura de los libros de Gerald Durrell me hizo pasar durante mi adolescencia (gracias a mi madrina por regalarme el primero de ellos); es que mi infancia tuvo también algo de Durrelliana. Según mis padres siempre me han interesado más los bichos que las personas. Por ello, en mis recuerdos de juventud están muy mezcladas mis familias humana y animal: los delfines, mi abuela Margarita y los lorchos de la rampa del muelle de la Graña; el Lagarto, mi abuela Melela y Sigi, con Pipo y Corinto (¡que caballos más bonitos y buenos!) y los langostinos de las charcas de Extremadura (en realidad renacuajos); las vacas de Manuel, el perro pulgoso, los reos del Pozo do Rego, mis tíos y primos durante aquellos veranos interminables en el Pazo do Souto; mi tío foca, las ranas y las colecciones de mariposas; la jauría de perros y primos; y Luquitas y mi Padre.
Lucas era un precioso cachorro de cocker spaniel que mi madre regaló a mi padre dentro de una cajita, cuando ya estaba muy enfermo. Fueron inseparables hasta la muerte de mi padre y ahora no puedo pensar en uno sin que el otro me venga a la memoria. Sigo echando de menos a mi padre, sobre todo, curiosamente, cuando necesito forjarme una opinión sobre alguna cuestión de actualidad. Mi padre era un periodista de raza. Recuerdo que al pedirle su opinión sobre alguna cuestión nunca me daba su opinión personal, sino que me hacía un resumen de todos los puntos de vista. Recuerdo que yo me impacientaba y terminaba por pedirle que me dijera lo que pensaba él realmente. Sonreía, imagino que pensaría en la impaciencia de la juventud, y terminaba por dármela a regañadientes. Gracias papá por enseñarme a ser crítico, algo que me ha sido de utilidad no sólo en esta tesis, sino a lo largo de mi vida.
Para terminar una tesis es necesario dar un golpe de riñones. En mi caso, ese esfuerzo final vino de la mano de mi hija Ada. Diana dio a luz a Ada después de un parto largo, complejo y absolutamente impresionante, el 26 de abril de 2011, pocos días después de haber depositado esta tesis. La proximidad del nacimiento de Ada consiguió que finalizase mi tesis en muy poco tiempo, por lo que verdaderamente Ada nació con un pan bajo su bracito.
Además, para que mi tesis pudiese ser terminada han colaborado muchas otras personas e instituciones:
Todos los miembros del Grupo de Investigación en Recursos Marinos y Pesquerías de la Universidade da Coruña han ayudado de múltiples maneras.
La confianza del presidente de la FEGAS, Enrique Brandariz, de su secretario, Manuel Segade y del resto de la directiva, resultaron absolutamente imprescindibles.
Gracias a Javier (mi suegro), a Tito, a Iván, a Fernando, a Chuchi y (sobre todo) a Carlos por su inestimable colaboración en la pesca de congrios, maragotas y lubinas. Gracias igualmente por su participación en los seguimientos de telemetría y otros trabajos relacionados a mis compañeros del Grupo de Investigación en Recursos Marinos y Pesquerías, a los estudiantes voluntarios y a los trabajadores del Aquarium Finisterrae.
Agradezco también la colaboración prestada por la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de A Coruña y las Cofradías de pescadores de Ares, Barallobre, Caión, Cedeira, Ferrol, Laxe, Lorbé, Malpica, Mera, Mugardos, O Barqueiro, Pontedeume y Sada.
Me gustaría también agradecer los comentarios de J. Otero (IIM-CSIC) y J.A. García-Charton (Universidad de Murcia), que contribuyeron enormemente a la mejora del contenido de esta tesis.
Mi tía Chus, que lo mismo vale para un roto que para un descosido y te ayuda aunque no quieras, resumió y ordenó la bibliografía de la introducción general. Mi madre y su amiga María Moliner revisaron el estilo (y sobre todo las preposiciones) de algunos de los textos. Mi hermano me ayudó (poco) con el inglés (pero da igual). Mis amigos me ayudaron aguantándome y estando ahí: Charlie, Jorge, Adrián, Eva, Sandrita y todos los pajarólogos. Jorge Candán, uno de mis escasos amigos del Aquarium Finisterrae (de verdad, de los que no te fallan, junto con María Moyano) fue la persona que me presentó en la FEGAS y que por lo tanto me dio la oportunidad de realizar esta tesis. Gracias también a Isabel (mi suegra) por su buena disposición en todo momento, y por fregar mi casa a escondidas cuando no estamos en ella, y gracias a Lupo por ser el mejor perro del mundo.
Finalmente, cabe mencionar que parte de los trabajos de esta tesis doctoral fueron financiados por la Fundación Océano Vivo, por la Xunta de Galicia (Plan Galego de Investigación, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica), proyecto PECOS (PGIDIT05RMA10301PR), por el Ministerio Español de Educación y Ciencia y por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (ERDF), proyecto CONNECT (CTM2006-09043/MAR).
Y aquí está la razón de todo ello: Comunidades de peces de los arrecifes rocosos costeros de Galicia: ecología e impactos humanos (mi tesis doctoral):.
Tesis Pablo Pita Web
Y aquí un enlace a mi presentación (no es demasiado estable, lo siento):
http://prezi.com/4gotkqfgjx9s/doctorado-de-pablo-pita/