Luce un sol espléndido que invita a pasear y disfrutar del encantador ambiente de Port Fairy. Miro por la ventana y contemplo a un grupo de cacatúas paciendo sobre el cuidado césped, mientras un equipo local de fútbol Australiano entrena a escasos metros. No sabía que las cacatúas paciesen, ni que los Australianos considerasen al rugby un deporte para chicas. –Ver para creer-, pienso para mí.
Cacatuas (Corellas, Cacatua tenuirrostris) pastando.
La reunión acaba de empezar y se respira un ambiente de tensión contenida. Los miembros del Ministerio de Pesca, encabezados por Bill Lussier, informan sobre el estado de las pesquerías de abalón del Oeste de Victoria. Sentados alrededor de una amplia mesa escuchan atentamente 8 propietarios de cuotas y varios buceadores de la Western Abalone Divers Association (WADA). También asisten como asesores científicos de reconocido prestigio procedentes de distintas instituciones de investigación.
Reunión de la Western Abalone Divers Association en Port Fairy, Victoria.
Las diapositivas repletas de gráficos y tablas se suceden mientras Harry Gorfine, biólogo del Ministerio, explica su contenido. Parte de la información sobre la pesquería proviene de muestreos realizados por científicos, pero la mayor parte procede de los propios buceadores. Todos los buceadores del Oeste de Victoria llevan en sus barcos de manera voluntaria unas máquinas con las que miden la longitud de todos los abalones que capturan. Cada dato de longitud queda asociado automáticamente a la posición del barco mediante un GPS. Además los buceadores llevan unos dispositivos que almacenan la profundidad de sus inmersiones mientras pescan.
La máquina de registro de tallas que los buceadores usan en el Oeste de Victoria.
La máquina de registro de tallas en funcionamiento.
Harry termina su exposición. La tensión de la sala es palpable. Ahora es cuando comienza el juego. Cada uno debe mostrar sus cartas y aprovechar el momento más idóneo para realizar su jugada. Los buceadores quieren aumentar las capturas en un 40% y flexibilizar el rígido reparto por arrecife, agrupando las cuotas de varios arrecifes de manera que puedan escoger donde recolectar, según sus preferencias. De esta manera esperan repartir el esfuerzo de pesca y evitar presionar en exceso sobre algunos de los arrecifes.
Me sorprende la manera constructiva con que se suceden las distintas intervenciones. La postura de la WADA es homogénea, no hay voces discrepantes. Eso les otorga fuerza, pero el Ministerio también sabe jugar sus bazas; y Harry es perro viejo. Punto muerto. Jeremy se levanta. Pide una pizarra, escribe los nombres de los arrecifes y después traza una flecha detrás de cada nombre. El espacio vacío tras la flecha se rellena en un momento de cifras, toneladas por cuota. Todos intervienen de forma ordenada mientas se borran cifras, se suman, se dividen y se escriben otras nuevas. Finalmente llegan a un consenso. A la espera de la decisión final del Ministerio, no habrá un aumento de la cuota total para el año que viene, pero los buceadores pueden repartir las cuotas de los arrecifes según su propuesta.
El acuerdo final sobre el reparto de cuotas entre los arrecifes, bosquejado en una pizarra.
Para sortear el restringido horario de apertura de los bares australianos, algunos establecimientos optaron por autodenominarse hoteles para disfrutar de un horario de apertura más amplio. La ley que rige la apertura de los bares se ha relajado con el tiempo, pero muchos establecimientos continúan llamándose hoteles. La tensión de los asistentes se ha relajado según avanzaba la discusión sobre el reparto de cuotas. Una vez logrado el acuerdo final, nos vamos a terminar de disiparla en el Hotel Stump, uno de los más antiguos de Australia. El ambiente es de total camaradería. Contemplo a los biólogos, pescadores y políticos disfrutando juntos de sus cervezas y copas de vino, charlando animadamente, y pienso que ha sido un gran día.
Después de una opípara cena, los más animados nos reunimos en la terraza de nuestro verdadero hotel, acompañados por unas cuantas botellas de buen vino Australiano. Harry Peters, el secretario de la WADA, me pregunta mi opinión sobre el proceso. –Chicos, me siento orgulloso de vosotros– le digo. Brindamos.