Los casi 9 kilómetros de recorrido que pueden ser visualizados en la imagen, corresponden a una lubina, Dicentrarchus labrax, que hemos seguido mediante telemetría manual durante 2 días (ver anteriores entradas para más información). A falta de un análisis en profundidad de los resultados obtenidos, parece que las lubinas son depredadores más activos de lo que esperábamos (este individuo, de alrededor de 1 kg de peso, mantuvo una velocidad de «natación de crucero» de casi 9 km por hora).
Tanto en el arranque de la ruta (cercanías del desagüe de efluentes de A Coruña), como en el final (la playa de Riazor-Orzán), las lubinas pueden obtener una comida fácil entre los pececillos que abundan en ambas localizaciones.
En cuanto las condiciones del mar mejoren, repetiremos la experiencia con otro ejemplar de la misma especie, que esperamos que nos ayude a entender un poco mejor el uso del hábitat que realizan estos depredadores tan activos.