Con mi pensamiento sigo el movimiento de los peces bajo el agua

O al menos esto es lo que cantaba la estatua del jardín botánico de Santiago Auserón, en aquel memorable sencillo de Radio Futura (1981).

La estatua del jardín botánico de Radio Futura en You Tube

Y también es lo que hicimos para estudiar a distancia los movimientos de lubinas, maragotas y congrios y después publicar nuestros resultados en la revista Scientia Marina (aquí toda la historia, y aquí y aquí y aquí y aquí).

 

En la figura se muestran los movimientos de algunos de los peces seguidos mediante telemetría manual.

El artículo (que forma parte de mi tesis doctoral) se publica en el próximo número de Scientia Marina y se resume en un párrafo:

Labrus bergylta, Dicentrarchus labrax y Conger conger son depredadores habituales de los ecosistemas costeros del Noreste Atlántico que en este trabajo se estudian por vez primera mediante telemetría ultrasónica en el medio natural. Se demostró la viabilidad del uso de esta tecnología con estas especies y la información sobre sus movimientos se usó para obtener resultados preliminares a corto plazo acerca de la fidelidad al hábitat, la temporalidad diaria de la actividad y el tamaño del área vital. Se emplearon complementariamente dos métodos de telemetría: seguimiento manual y automático en un tramo de costa caracterizado por su elevado grado de exposición al oleaje (A Coruña, NW Spain). Los C. conger permanecieron en el área durante los períodos más largos (17 días), abandonando periódicamente sus refugios al atardecer o durante las noches para buscar alimento. El tamaño de su área vital fue muy pequeño (604 m2). Los L. bergylta no fueron detectados en los receptores automáticos, pero el tamaño de su área vital (entre 2874 y 5184 m2), evidencia un elevado grado de sedentarismo y movimientos muy limitados. Por el contrario, los D. labrax abandonaron el área durante los intervalos más prolongados (9 días), detectándose igualmente durante el día o la noche. Su área vital fue la de mayor tamaño (hasta 26396 m2), evidenciándose un comportamiento espacial complejo y a gran escala.

 

 

Estertores de una lubina

Prometía hace unas semanas informar acerca de los resultados del seguimiento mediante telemetría manual del último animal marcado para el proyecto PECOS del Grupo de Recursos Marinos y Pesquerías de la Universidade de A Coruña.

lubina

Y estos son los movimientos durante 48 h de la lubina marcada (Dicentrarchus labrax) en las Islas de San Pedro (O de A Coruña, Spain). Sospechamos que el animal murió después de las primeras 24h en la posición «final». El estrés derivado de la manipulación por la captura y marcado podría haber sido la causa.

En todo caso contamos con información suficiente para cumplir con los objetivos que nos planteamos en el proyecto, por lo que espero poder comentar novedades en un plazo razonable.

¡Qué diablos hará el maldito bicho!

Es la frase que más a menudo me pasa por la mollera durante las 48 h que llevo embarcado, siguiendo a una lubina marcada con un emisor de telemetría. El animal lleva las últimas 12 h sin moverse y empiezo a sospechar que algo no va del todo bien. El cansancio acumulado se hace notar, pero perseveramos en nuestro seguimiento. Ya llegara el momento de validar nuestros resultados y comprobar si ha habido algún error. Y es que en esto de la telemetría no siempre sale todo correctamente…

chiste

Tomado de «O Fanequeiro«, un blog de un colega de profesión al que estoy suscrito y que recomiendo.

Lubina

El «maldito» kg de lubina de nuestros desvelos (Dicentrarchus labrax).

Traking2

Un momento del seguimiento en nuestra embarcación, la Balea.

Y a continuación dos buenos ejemplos de I+D+i llevada a la práctica.

Traking

Atención al anclaje del soporte de nuestro hidrófono, nos estamos planteando seriamente una patente.

Traking3

La función del paraguas es doble, además de proteger al operario del receptor de telemetría de una intempestuosa noche, podría captar transmisiones procedentes de otros sistemas planetarios.

Continuará…

Los casi 9 kilómetros de recorrido que pueden ser visualizados en la imagen, corresponden a una lubina, Dicentrarchus labrax, que hemos seguido mediante telemetría manual durante 2 días (ver anteriores entradas para más información). A falta de un análisis en profundidad de los resultados obtenidos, parece que las lubinas son depredadores más activos de lo que esperábamos (este individuo, de alrededor de 1 kg de peso, mantuvo una velocidad de «natación de crucero» de casi 9 km por hora).

Tanto en el arranque de la ruta (cercanías del desagüe de efluentes de A Coruña), como en el final (la playa de Riazor-Orzán), las lubinas pueden obtener una comida fácil entre los pececillos que abundan en ambas localizaciones.

En cuanto las condiciones del mar mejoren, repetiremos la experiencia con otro ejemplar de la misma especie, que esperamos que nos ayude a entender un poco mejor el uso del hábitat que realizan estos depredadores tan activos.

Y sin embargo, se mueven.

La proa de nuestra embarcación oscila peligrosamente siguiendo el compás de la marejada que nos ha cogido desprevenidos, dificultando enormemente la maniobra de atraque en la rampa del muelle. El cansado turno de noche se agazapa esperando el momento propicio para saltar por fin a tierra, luego de una noche de poco sueño. Mientras, el relevo observa la operación desde el firme con creciente recelo y precaución.

Sin previo aviso, Ahmed, en pie sobre la borda se agarra al muelle con la intención de facilitar la maniobra. Un eterno minuto después está de nuevo sentado a bordo, calado hasta los huesos y boqueando para normalizar su respiración, luego de un peligroso rescate por lo comprometido de su situación: entre el muelle y el casco. Su móvil ya no funcionará más, pero él no tiene más que un poco arañado el amor propio. Históricamente Egipto no ha sido patria de grandes navegantes…

Ahmed es uno de los voluntarios que están colaborando en el seguimiento de varias especies de peces por medio de telemetría manual. Sin la participación de todos ellos resultaría imposible llevar a cabo nuestro proyecto. Esta entrada está dedicada al reconocimiento de su esfuerzo y a hacer público mi agradecimiento.

Un precioso ejemplar de pinto (Labrus bergylta), marcado y listo para ser liberado.

Palma en un momento del seguimiento desde la Santa Marta.

Carol, localizando la señal a bordo de nuestra embarcación: La Balea.

El Santa Marta, un 12 metros a motor propiedad de Alberto y Diego, de Buceo coruña nos acoge durante los 2 días que seguimos a cada uno de los ejemplares que previamente pescamos, marcamos y liberamos (pueden consultar detalles al respecto en ¡Atrápame ese congrio!).

Hasta el momento hemos monitorizado la actividad de un congrio, un pinto y una maragota. Hemos querido comenzar esta experiencia con las especies menos móviles para, una vez ganada experiencia en el manejo de la tecnología y soltura en el área de estudio, continuar con la última de las especies que estudiaremos: la lubina.

En esta imagen del área de estudio se muestran como puntos negros los movimientos del congrio (Conger conger), como triángulos verdes los de la maragota (Labrus bergylta) y como triángulos rojos los del pinto (L. bergylta).

Parece que tanto pintos y maragotas como los congrios realizan pequeños desplazamientos en su hábitat, como por otro lado era de esperar. Mañana comenzamos a seguir lubinas: depredadores muy activos y móviles, sabemos dónde vamos a comenzar la experiencia, pero no dónde la acabaremos dentro de 2 días…